El objetivo: una gestión sostenible y justa de los recursos naturales
En la mayor parte de los países en desarrollo, la degradación de los recursos naturales es intensa. Esto se manifiesta sobre todo por la disminución de la fertilidad de los suelos, la desertización, la deforestación, el agotamiento de los recursos hídricos y la reducción de la biodiversidad. Las prácticas, para frenar este proceso, necesitan cambios drásticos en las técnicas de explotación del medio, las reglas de acceso a los recursos naturales y la valoración económica de producciones agrícolas. Estos cambios deben aplicarse a nivel local, nacional, regional e internacional, y son indispensables para evitar una marginación aguda de los pequeños productores, y poder contribuir así, a la preservación de bienes públicos globales (clima, biodiversidad, agua, etc.).
El enfoque: acompañar a los actores locales en la gestión sostenible y justa.
Frente a estos objetivos el Iram privilegia el refuerzo de las capacidades de los actores locales: agricultores, ganaderos, organizaciones profesionales, colectividades locales, servicios de la administración, etc. Para ello se trata de obtener una implicación real de cada grupo de usuarios en la definición, implementación y evaluación de las normas locales de acceso al agua, a la tierra, a los pastos, a los bosques, etc. Del mismo modo, los actores deben ser parte activa en la concepción, la realización y la gestión de inversiones colectivas tales como los pozos, pasillos de trashumancia o las gestiones hidro-agrícolas.
Dos principios guían al Iram en la elaboración de respuestas técnicas, institucionales y jurídicas adaptadas a los problemas locales de degradación de recursos naturales: la igualdad entre los diferentes grupos sociales y la flexibilidad en la aplicación de reglas, frente a las inclemencias climáticos y económicos.
La prevención de conflictos, a través del refuerzo de las normas en vigor en las sociedades locales y/o la construcción de nuevos acuerdos sociales, constituye una preocupación permanente en las intervenciones. Además la mejora de la valoración económica de los recursos comunes es esencial para asegurar la viabilidad de las instituciones locales de gestion.
En este terreno, el Iram interviene concretamente en las siguientes áreas:
- La gestión descentralizada de los recursos naturales.
- El aseguramiento de los sistemas pastorales.
- La hidráulica agrícola.
- Las políticas de distribución del territorio.